En pleno corazón de Sierra de Gador se esconde un barranco de
gran belleza y majestuosidad. Más conocida fue la venta que tomó su nombre y
que servía de punto de avituallamiento y pernocta a los viajeros que recorrían la
comarca. Forestalmente asolada por la actividad minera, de la que todavía podemos
ver multitud de escombreras, su difícil acceso hizo que en este rincón se
pudieran salvaguardar algunos pinares.
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